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Una ley indiscutible de la biología es que la forma determina la función. La función del pie es proporcionar una base estable de apoyo. Los principios simples de la física establecen que una base ancha crea estabilidad, por lo que un pie funcional debe ser ancho. En términos simples, «para funcionar como un pie, debe tener la forma de un pie».

La forma funcional del pie se ve comprometida por los zapatos que no tienen la forma de los pies funcionales. Hoffman (1905) fue el primero en mostrar que los pies de personas habitualmente descalzas se formaron de acuerdo con las leyes físicas que rigen la estabilidad, es decir, una extensión notable de los dedos de los pies para una región del antepié amplia y estable. También mostró el impacto rápido y negativo en la forma del pie de solo seis semanas de uso de calzado convencional. (figura 2).

Un estudio comparativo más reciente de los indios habitualmente descalzos y los chinos que usan zapatos convencionales mostró nuevamente una marcada diferencia en la forma de los pies de los usuarios de zapatos convencionales (Shu et al., 2015) (figura 2).

Shine (1965) mostró que la deformidad de la forma del pie empeoró con años de uso del calzado, y un ensayo aleatorio reciente en gemelos idénticos (Munteanu et al., 2017) confirmó que el único factor en el desarrollo de la deformidad de la forma del pie fue años de uso del calzado convencional. Ambos hallazgos concuerdan con la ley de Wolff de adaptación ósea a las fuerzas impuestas (Wolff, 1892). La misma ley dicta que, dadas las condiciones apropiadas (espacio para expandirse), se puede restaurar la forma funcional del pie. Knowles (1953) confirmó esto con la restauración completa de la forma funcional del pie después de 2 años usando zapatos con forma de pie (figura 3).

Figura 3. Radiografía de la forma deformada del pie en zapatos convencionales con forma de zapato (izquierda) y después de dos años usando zapatos funcionales con forma de pie (derecha).

La forma comprometida del pie es el tipo más frecuente y el punto de partida para otros tipos de disfunción del pie. La cura es simple:

1. Usa zapatos con forma de pie (funcionales) con espacio para que los dedos de los pies se extiendan y el pie se ensanche y;

2. Carga los pies con peso corporal creando la fuerza para estimular la restauración de una forma funcional del pie.

El calzado funcional Joe Nimble se basa en estos conceptos y esta ciencia.

Referencias:
Hoffman, P., Conclusions drawn for a comparative study of the feet of barefooted and shoe-wearing peoples. J Bone Joint Surg. 1905; 3: 105-136.
Knowles, F.W., Effects of shoes on foot form: An anatomical experiment. Med J Aust. 1953; 1: 579-581.
Shine, I.B., Incidence of hallux valgus in a partially shoe-wearing community. Br Med J. 1965; 1: 1648-1650.
Shu, Y., et al., Foot morphological difference between habitually shod and unshod runners. PLoS ONE. 2015; 10: e0131385
Wilson, E.O. Consilience: The unity of knowledge. New York: Vintage Books; 1998.
Wolff J. (1892). Das Gesetz der Transformation der Knochen. Berlin: A Hirschwald.

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