Skip to main content

«Ningun viento es favorable a un barco sin dirección» (Séneca)

La función del pie no es solo el apoyo, sino también el control de la dirección del peso corporal durante la locomoción (Rolian et al., 2009). La Parte 1 discutió la importancia de la forma del pie en general para estos propósitos, pero el papel crucial del dedo gordo merece especial atención.

El dedo gordo del pie es el timón que proporciona control direccional para el peso corporal durante el movimiento de carga de peso (Yavuz et al., 2009). Solo puede hacer esto si está colocado correctamente. La notable extensión de este dedo del pie de los otros caracteriza a las poblaciones habitualmente descalzas (Hoffman, 1905; D’Aout et al., 2009; Shu et al., 2015) y es una adaptación funcional evolucionada que proporciona estabilidad direccional. Chou et al. (2009) mostraron que restringir el dedo gordo del pie en una posición elevada destruía la capacidad de equilibrio. Plank (1995) mostró pronación excesiva al caminar cuando la posición del dedo gordo se vio comprometida (aplastada), una afección que afecta al 23% de los jóvenes de 18 a 60 años y más del 36% a los 60 (Nix et al., 2010), y como resultado de años de usar zapatos con punteras restringidas (Munteanu et al., 2017).

La posición y el control únicos del dedo gordo del pie evolucionaron para dirigir el peso corporal al caminar y correr. La posición comprometida del dedo del pie crea inestabilidad y carga perjudicial en el pie, el tobillo y la rodilla. La cura es simple:

Usa zapatos con forma de pie (funcionales) con espacio para que los dedos de los pies se extiendan y el pie se ensanche y;
Carga los pies con peso corporal creando la fuerza para estimular la restauración de una forma funcional del pie.

El calzado funcional Joe Nimble se basa en estos conceptos y ciencia.

Referencias:

Chou S, Cheng HK, Chen J, Ju Y, Wong MA. The role of the great toe in balance performance. Journal of Orthopaedic Research. 2009; 27:549-54.

D’Aout K, Pataky TC, De Clercq D, Aerts P. The effects of habitual footwear use: foot shape and function in native barefoot walkers. Footwear Science. 2009; 1(2):81-94.

Hoffman P. Conclusions drawn for a comparative study of the feet of barefooted and shoe-wearing peoples. The Journal of Bone and Joint Surgery. 1905; 3:105-36.

Munteanu SE, Menz HB, Wark JD, Christie JJ, Scurrah KJ, Bui M, Erbas B, Hopper JL, Wluka AE: Hallux valgus, by nature or nurture? A twin study. Arthritis Care & Research 69: 1421-1428, 2017.

Nix S, Smith M, Vicenzino B: Prevalence of hallux valgus in the general population: a systematic review and meta-analysis. Journal of Foot & Ankle Research3:21.

Plank M. The pattern of forefoot pressure distribution in hallux valgus. The Foot. 1995; 5(1):8-14.

Rolian C, Lieberman DE, Hamill J, Scott JW, Werbel W. Walking, running and the evolution of short toes in humans. Journal of Experimental Biology. 2009; 212:713-21.

Shu Y, Mei Q, Fernandez J, Li Z, Feng N, Gu Y. Foot morphological difference between habitually shod and unshod runners. PLoS ONE. 2015; 10:e0131385.

Yavuz M, Hetherington VJ, Botek G, Hirschman GB, Bardsley L, Davis BL. Forefoot plantar shear stress distribution in hallux valgus patients. Gait and Posture. 2009; 30(2):257-9.

Leave a Reply

×

Hola!! Nuestro horario de atención al público es de Lunes a Viernes de 10:00 a 20:00. Si deja un mensaje fuera de ese horario le contestaremos el próximo día hábil.

Para contactarnos por Whatsapp haga clic en el logo de abajo.
× Hola!! ¿Cómo puedo ayudarte?